Wednesday, June 13, 2007

Por Julio Cesar Briones


Texto por Carmen Paz Ñancuvil.

A ocho meses de la IV bienal, aún transito entre el ahora y el ayer, hilvanando momentos, sensaciones. En definitiva esta trama salio más curiosa de lo logre ver en aquel momento.
Más de alguna vez he deambulado por estos recuerdos y por la página del blog y aún no se si individualmente pudimos ser eco de la invitación que se nos hizo. Como grupo tengo la seguridad que eso fue más friccionante y que de alguna forma pudo haber sido distinto, pero al final es reflejo de lo que significa hacer o producir supuestamente ‘arte’ desde la periferia y desde un espacio en constante pugna y desencuentros como es nuestro territorio.
Se nos convoco y nos articulamos en la colectiva sin ser un colectivo, en un espacio que reunía una serie de particularidades y que hacia más atractiva la propuesta.
Fue interesante contrastar como este tejido se fue configurando, cada nuevo punto como respuesta tanto de la gente como de nosotros mismos (el (des) compromiso), ver el desenvolvimiento de esto, nuestras confusiones como grupo, la incomunicación y el como la gente también recepcionó esto; y se me hace inevitable pensar desde donde nos situamos cada uno al participar y desarrollar nuestro trabajo porque fuimos todos, de alguna forma, participes y espectadores, cosa que no es extraña pues nuestro bagaje cultural se asienta en lo diverso de nuestro capital cultural y aunque algunos inocentes piensen que arte trasciende a nuestros propios paradigmas eso no es así. Más, es un hecho que solamente puede dimensionar aquel que esta en ese lado del tejido y que al menos a mí me parece que quedo asentado en ese espacio ya que aunque no se estableciera diferencia entre los expositores, operamos desde dos paradigmas distintos los cuales en sus propias complejidades operan con características particulares.
La crítica no fue mala y se agradece la buena energía depositada en las palabras, sin embargo en bastantes opiniones se pudo entrever claramente la poca comprensión de la muestra. En definitiva, para mi, en un contexto general no se logró una real articulación y en este punto cada uno de los artistas invitados, así como el curador es responsable en mayor o menor medida.
Sin embargo, no considero haber realizado esta apuesta como un acto carente de repercusiones y una pérdida de tiempos, individuales y colectivo, sino más bien como el producto de una propuesta que aun se encuentra en sus inicios, un aproximamiento temporal en un espacio carente de una escena cultural desarrollada y definida por los propios artistas y agentes culturales.
Aun así me queda una sensación extraña colmada de momentos satisfactorios (los más por suerte) y de desencuentros inoportunos. Hay veces cuando empezamos a tejer algo que tememos de alguna manera la extensión del tejido y la tonalidad aplicada, pues bien esta trama era compleja y rica en colorido. Ahora se vera que tan resistente pudo ser.
Con seguridad lo que surge a través de este recorrido y al ver esta trama, en una distancia atemporal son más interrogantes que respuestas.

Saturday, June 09, 2007

IV BIENAL DE ARTE DE TEMUCO. por Jorge A. Olave Riveros. Junio 2007.

1.-
Qué diferencia una bienal de una simple colectiva?. Más allá del escrutinio convocante pensar en los beneplácitos de una plataforma sumida en la detonación inscriptiva es caso perdido. No obstante como figuración y desacato es materia perfectible que funciona en lo privado y en aquello que se ha cocido a media flama al amparo de lo textual como hipertrofia significante.
2.-
La indiferencia me consuela...
Más de alguien me dijo: "fui, pero los vídeos no funcionaban y tu audio estaba apagado". Un emplazamiento precario, diferido y asincrónico como resultante de una casa - léase albergue- poco hospitalaria y un operador ausente.
La indiferencia -no hacer la diferencia- me consuela...

3.-
(Habría que decir, eso sí, que Rapiman, aún mordiendose la cola, fue el único que tiró carne a la parrilla).


4.-
Por ahora poca interlocución y escasa circunstancia.
5.-
Artistas en situación de calle... intemperie a cielo abierto como conclusión y secuela? o vieja radiotanda irresoluta?
Pensando en Heidegger, la plástica sería la corporeización de sitios, que en la apertura de un paraje que lo encierra, condiciona una liberación en su encuentro, permitiendo la presencia de las cosas en ese instante, y el habitar del hombre en medio de las cosas.
¿Qué devendría del vacío del espacio? El vacío aparece a menudo tan sólo como una carencia. El vacío sería entonces como la carencia por colmar espacios huecos e intra-mundanos. Sin duda el vacío está relacionado justamente con las peculiaridades del sitio y por eso no es una carencia sino una creación!!!
6.-
Tras la Bienal no quedó pastor, ni redil, ni tampoco ovejas... sólo la vieja sala y las nuevas crías de artistólogos que harán nata en los rincones onanistas de lo temuko.
7.-
En fin, en la comparecencia, el roce implica cierta (de)cadencia de la aceleración que constituye pausa en el mejor de los casos y franco tropiezo de no mediar la densidad precisa de perceptores, productores y creadores...
...
los curadores caso aparte.
8.-
En lo que a mi trabajo (Sounsite_Deriva off Temuko) respecta, enfatizar en su posicionamiento divergente con lo planteado por mis colegas; en vez de la visualidad más bien lo sonoro, la sonoridad, como minucia de raíz identitaria de la Frontera y la Frontera como heterotopía de un territorio invisible/audible en el que través de la Intermedia significan el ruido y la Deriva como posibilidades de transito y desbalance entre la cultura del ojo y la cultura del oído, entendidas como tramas (ínter)culturales y geopolíticas particularmente atingentes a la novena región.
9.-
Una experiencia pluripotencial que hizo mella en el escenario local por posicionamiento, exclusión y descartes.